¡ Juventud … Eterna Juventud, donde estas?
Por: Víctor León Alvarez, Vicepresidente Regional de La Libertad
Este 7 de enero se celebra la fundación de la Federación Aprista Juvenil - FAJ, antesala de lo que es ahora la Juventud Aprista Peruana – JAP, cuyo primer secretario general fue Armando Villanueva del Campo. Estos jóvenes que frisando los 18 años tomaron el camino del sacrificio por luchar contra la corrupción, las dictaduras, el servilismo político y por dignificar un país cuyos peruanos eran tratados como gente de segunda clase.
Muchas historias de cárcel, destierro y sufrimiento nos ha legado esta generación de proto hombres que se sumaron a la corriente libertadora de conciencias encabezada por Haya de la Torre que jamás renunciaron a su convicción revolucionaria de luchar por la justicia social de Pan con Libertad y que han hecho sentimiento y esperanza permanente de que el APRA siempre estará con los más pobres.
En los últimos años se habla mucho del papel de la juventud como protagonista de los grandes cambios, pero de su capacidad para renovar las estructuras políticas, se habla poco. Y es que tal vez la capacidad de respuesta de los actores políticos con que la juventud enarbola presencia en los niveles de la gestión pública, llámese nacional o local, unas son de cal y otras son de arena.
El país no está para estos ensayos dirán algunos, pero es bueno indicar que los aportes de los jóvenes dirigentes en la práctica concreta va paralelo a la oferta de los partidos políticos en la formación de sus cuadros. Y de estos, cuántos saben que ser joven es tener la fuerza arrolladora de embestir al sistema y tener el sueño de cambiar el mundo.
El APRA, a lo largo de su historia apuesta siempre a la posibilidad de renovarse, sin embargo la carencia de una actitud política en algunos es tan deprimente como la falta de convicción para promover espacios de consensos y promover acuerdos que conlleven al desarrollo de los pueblos. El afán de figuretismo es más fuerte que la consecuencia revolucionaria y orgánica con que se deben al partido y a su militancia.
El APRA es consecuente con la responsabilidad que le toca, no sólo ante el pueblo que representa sino ante su legado histórico de ser un instrumento revolucionario que lucha por la justicia social y ello sólo será posible con una generación de nuevos liderazgos que respondan en la acción y en la lucha social imbuidos del pensamiento de Haya de la Torre.
El partido tiene que aprender de sus errores y apostar por la formación de nuevos cuadros, también en la articulación de estos en el proceso sociabilizador que el nuevo liderazgo debe desarrollar en estos tiempos de acelerados cambios y de participación ciudadana, muchas veces lejos de las estructuras orgánicas de los partidos políticos, pero que busca cuadros que sean leales a la justicia, y con una orientación tan exacta como la brújula al polo.
A la juventud aprista de ahora le toca asumir esa difícil tarea de recuperar la credibilidad en la política, sobre todo en ese segmento juvenil no partidarizado que a pesar de muchos, es mayoritario en el país y que considera que no tiene líderes a quien seguir ni en quien creer porque ha visto a todos claudicar.
Y es que para la juventud ansiosa, en busca permanente de un puesto de trabajo, el papel que ofrece la clase política no siempre será de su satisfacción, pues será responsable de todos sus males.
Más aún si los perfiles que ofrece el mercado laboral no siempre satisface a los requerimientos de los empleadores, y esta distorsión que a muchos parece un truco comercial de costo - beneficio para la tercerización, es fácil achacarle al sistema, pues el desempleo siempre será un tema estructural al que hay que corregir, mientras tanto siempre habrán jóvenes que trabajan 12 o 14 horas por sueldos paupérrimos, algunos por debajo del sueldo mínimo.
¿Puede el partido hacerse de la vista gorda e ignorar su legado histórico de la jornada de las 8 horas y de los derechos laborales, conquistado con sangre y el martirologio de miles de apristas?.
¿Puede el partido ser impasible ante políticas empresariales del despido masivo para que los trabajadores no tengan acceso al derecho de la permanencia laboral?, ¿Puede el partido darle la espalda a esa juventud que con el sueño de un futuro diferente voto por el APRA para ver cristalizados sus grandes aspiraciones sin tener que dejar el país?
El partido siempre debe tener presente que los grandes procesos revolucionarios se han determinado en base a la fuerza de la juventud que sin pre requisitos ni credenciales se ha organizado dentro del tejido social y direccionándolo han estado siempre presente en las luchas por la justicia social.
Esa es la gran tarea que Armando nos impone en este mundo globalizado: Hacer del Internet nuestra trinchera y de la computadora nuestro fusil.
Y es que la fuerza de la juventud no sólo está en el idealismo propio de la voluntad histórica que los motiva sino en el secreto de mudar de manera creativa sus signos y formas, de ordenarse en redes cada vez más complejas y cerradas pero a su vez asequibles a la organización y disciplina del partido con dirigentes que les generen espacios para construir su vida de manera participativa en pos de una mejor calidad de vida.
Y es que el liderazgo aflora dentro de esa relación social donde el partido juega el estratégico papel de ser instrumento político y a su vez escuela social que posibilita el desarrollo de potencialidades, obligado a impulsarla por su continuidad histórica y por su responsabilidad social. La tarea de ahora es luchar contra la pobreza y la desigualdad, levantando la antorcha de la verdad aunque nos queme las manos como diría Gonzáles Prada.