Por : Víctor Corcuera Cueva
La ciudad de donde vengo, existió tiempo atrás un ferrocarril, pero para la época en que nací ya no existía mas, salvo la ex estación de Trujillo, la cual sirve en la actualidad como espacio para circos eventuales, ferias e incluso para el Play Land Park.
No tuve la oportunidad de ver a este tren en acción. La primera vez que subí a un tren fue en Cuzco, el trayecto en zig zag desde el ombligo del mundo hasta aguas calientes, fue un sueño hecho realidad.
En tren rumbo al Machu Pichu, los fotogramas de paisajes se fusionaban con los paisajes "reales" de la capital del Tahuantinsuyu. Hace dos años arribé a la ciudad de la luz, a través de la ventana del avión pude observar grandes campos de trigo, a lo lejos grandes edificios y algunos conejitos cercanos a la pista de aterrizaje me daban la bienvenida.
Por primera vez en mi vida me encontré en un subway, lo que siempre observe en películas estaba frente a mis ojos. Un gran mapa en la pared de estas instalaciones mostraba todas las líneas de metro en diferentes colores y puntos para hacer combinaciones; me sentí mareado hasta que un sonido y un pequeño temblorcillo bajo los pies fue la señal para saber que un metro llegaba.
Las puertas se abrieron automáticamente, intente entrar de inmediato pero un tropel de personas se me vino encima, luego comprendí que se tiene que esperar a bajaran los pasajeros. No recordé esa parte de las películas, me sentí abochornado…Una vez dentro del metro me sentí mas aliviado, por suerte hubo asientos disponibles, una pantalla anunciaba las estaciones próximas.
De regreso del sur de Francia hasta Paris, tome el tren, que según mis amigos santa africanos era uno de sus últimos viajes. Debido a la disminuida demanda de pasajeros el Estado francés decidió clausurar irreversiblemente en los próximos días ese recorrido.
Dentro del tren me sentí como si estuviera dentro de las películas, un tren con vagones para pasajeros, con coches camas, y el controlador que te pregunta por el billete de tren con su gorra que lo caracteriza. Me divertí pasando de un vagón a otro, corría de un lugar a otro; por un momento mi niñez se instaló y disfrute del viaje.
A través de la ventana observaba el paisaje, donde la naturaleza me regalaba su policromidad, las sombras del tren sobre algunos campos de uva iban desapareciendo con los últimos dramáticos rayos de sol.
De esta manera otro viaje imaginario sé volvió realidad. La gran ciudad de Buenos Aires, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX fue creciendo urbanísticamente, la población aumento considerablemente, las distancias entre el centro y la periferia fueron creciendo.
Paralelamente en las principales ciudades Europeas y Estado Unidenses, que también sufrieron este impacto, innovaron sus sistemas de comunicación con las construcciones de trenes subterráneos. Hecho que no podía pasar de alto los gobernantes Argentinos ya que Buenos Aires era un reflejo urbanístico de ciudades europeas.
En 1891 se pone fin a la tracción de tranvías por medio de caballos, utilizando por primera vez locomotoras a vapor, fue el Ferrocarril Nacional de Don Federico Lacroze y recién en 1904, la tracción a vapor es reemplazada por energía eléctrica. En 1911 el Presidente Roque Sáenz Peña inauguro la construcción de la Línea A, primera línea de subtes en Buenos Aires, cuya construcción tardo 26 meses en llevarse a cabo.
Se inauguro el 1 de diciembre de 1913. Actualmente esta línea tiene un recorrido 7.035 metros dividida en 14 estaciones, donde para sorpresa de todos los peruanos, existe una estación nombrada PERÚ.
A mi llegada a Buenos Aires, me sorprendió la antigüedad de estos vagones, donde la apertura de sus puertas es manual, y algo que me sorprendió fue al notar que el revestimiento interior de estos vagones es en madera, aun los asientos están confeccionados en madera – Estos asientos asemejan ser los que solían haber en la Plaza de Armas de Trujillo para el siglo XIX-.
El sistema de iluminación interna es en base a lámparas de 25 watts. Mi primer viaje en esta línea fue cuando me dirigía a la Casa Rosada, fue de película, estar sentado en estos asientos de madera, que asemejaba mas ser un tranvía a un metro, y el miedo que sentí al apagón de luz que sufría el subte cada vez que este se aproximaba a una estación, debido a la baja de electricidad que sufre este para frenar en cada estación.
Estos síntomas van a acompañados de estremecimientos del subte cada vez que cambia de carril y aun en pleno desplazamiento. Existen otras líneas que fueron construidas en el lapso de la primera y segunda mitad del siglo XX, la estación Congreso de Tucumán fue recientemente inaugurada el 27 de abril del 2000, perteneciente a la Línea D en el barrio de Núñez.
Cada Línea tiene su propia "personalidad", se diferencian por el color de sus estaciones, la línea C, D y E cuentan con impresionantes murales, artísticas mayólicas ornamentan sus estaciones, realizadas por destacados artistas Argentinos, estos murales representan motivos argentinos y paisajes españoles entre otros.
Personalmente me gusta tomar los subtes de la Línea A, cada recorrido es como hacer un viaje al pasado, incluso los tirantes de las argollas que sirven como sostén para los pasajeros que van parados están elaborados en cuero. Las ventanas se deslizan verticalmente; ya que estos vagones no cuentan con aire climatizado.
Toda una aventura para el visitante. Para saber la próxima estación es necesaria andar con el Lumi, una revista guía de colectivos (buses) y subtes, además hay que mirar a través de la ventana para ver el nombre de la estación en que se encuentra. Las entradas a las estaciones son muy elegantes, hechas en fierro fundido lo cual le da un aire de la otrora época de "apogeo" económico para Buenos Aires.
El recorrido de la Línea A es desde la estación Plaza de Mayo hasta Primera Junta, en dirección Este –Oeste, en este recorrido se pasa por la estación Lima, que llena de orgullo a todo compatriota que pasa por esta.
Las estaciones modernas como D y E, cuentan con vagones relativamente modernos, con aire climatizado y cada estación con escaleras mecánicas. Recientemente Metrovias, que es la empresa que tiene la administración de trenes y subtes de la Ciudad de Buenos Aires, ha empezado a hacer mejoras en la línea A.
Implementación de escaleras mecánicas, renovación de vías, restauración de estaciones, ascensores para discapacitados y un sistema de ventilación forzada y sistema de señalización mejorado; son algunas de las mejoras.
Dentro de pocos años quedaran en desuso estos vagones que fueron testigos de diferentes acontecimientos sociales en la historia de Buenos Aires, y también lugar de encuentro de diferentes historias de amor que circulan diariamente por la gran Buenos Aires.
Los subtes en la ciudad de Buenos Aires, son el principal medio de transporte dentro de esta. Las diferentes líneas circulan por los diferentes Barrios, de allí que es interesante observar la vestimenta y aspecto externo de los pasajeros.
Para cada línea y estación existe un pasajero de posición económica y socialmente diferente. Aunque eventualmente se dan las fusiones, por haber tomado una estación errónea. Hechos que se repiten en otros espacios públicos constantemente.