Por: Enrique Benites Delgado

Que contradictorio que es nuestro país. Mientras el Perú crece, mientras miles de peruanos arriesgan para poder trabajar, mientras miles de peruanos hacen quedar bien al país internacionalmente, mientras se lucha para que nuestra insignia del turismo, Machu Pichu, se conserve como una de las maravillas del mundo, otros, los antiperuanos, los irresponsables, se encargan de destruir todo esto esfuerzo.

Mientras unos luchaban contra la dictadura asesina de Fujimori y Montesinos, mientras este no aumentaba un nuevo sol a los profesores, mientras este tenía tomada las universidades, cuando casi toda la libertad de expresión estaba amordazada y comprada ¿Dónde estaban bullangueros de hoy, los del SUTEP, los de la CGTP? Casi todos estaban escondidos, “nadie conocía a nadie, en medio del más puro e inquietante silencio de los cobardes” dice Yñaqui Piñel, y así era.

Recuperada la democracia y la libertad, salen los valientes, los “machazos”. Es que existe un doble mensaje de estos sicópatas de la política. Se aprovechan de la facultad que la democracia, por más imperfecta que ésta sea, les brinda a cada uno de sus ciudadanos: la oportunidad de expresarse, de opinar, de protestar. En la práctica dictatorial que estos propugnan ninguna de estas condiciones se da.

En una clase de liderazgo, una profesora universitaria, italiana ella, había puesto como ejemplo de líder al terrorista Abimael Guzmán. Ante el reclamo de Paulo, uno de sus alumnos, reprochando el por qué de ese ejemplo si este había sido quien había propiciado el asesinato de campesinos, líderes comunales, destrucción de torres eléctricas, puentes, sementales para mejoramiento de raza y que esto significaba que el estado, en lugar de invertir en el desarrollo del país, tenía que reponer lo que estos destruían, consecuentemente, no se podían hacer obras nuevas y traía atraso.

Esta, ordenó que se callara y, con toda frescura, justificó la actitud de los terroristas diciendo que justamente era eso lo que se buscaba: hacer aparecer que el estado es incapaz de lograr el desarrollo.

Sí señor, es esto lo que quieren estos comunistas reciclados y escondidos en ONGs y ALBAS. Ese es el fondo de estas acciones de los seguidores de la violencia, de los seguidores del terrorismo y ahora del gorila Hugo Chávez, otro dictador.

Esos, esos mismos cultivadores de la violencia y el caos exigen más libertad, pero para destruir ¿No ven sus banderitas del Ché y Hugo Chávez en sus movilizaciones vandálicas?

Por motivo de estos paros se han quedado varados miles de ciudadanos y comerciantes que han perdido tiempo y productos en los caminos. ¿Miles de millones que se han perdiendo por la falta de producción?

¿Miles de millones de soles que se pierden a diario en el turismo, con el agravante que nadie querrá regresar al país? ¿Y los días de estudio que pierden los alumnos en los colegios y las universidades nacionales? ¿Quién recuperará el tiempo y dinero perdido? ¿Acaso no perjudica más a los pobres?

La democracia no debe permitir espacios que generen impunidad, que generen sensación de debilidad, porque estos irresponsables analizan que esta situación no significa ningún riesgo para ellos y terminan infringiéndola, peor que los delincuentes comunes, y so pretexto de la democracia que ellos recusan, atentan contra la seguridad y la vida de los ciudadanos, cometen actos criminales y paralizan al país económicamente.

Para remate, después de sembrar el caos, los que les hacen el juego, piden la cabeza del ministro del interior. Que contradictorio.

Metan presos a esos revoltosos que han sido detenidos, a esos que han obstruido carreteras, agredido a pasajeros, apedreado vehículos, han robado sus pertenencias, su mercadería, se han presentado intentos de violación; mano dura con estos mal peruanos.

Que los jueces impongan las sanciones que están establecidas sin temor. ¿Porqué creen que hasta ahora Fujimori tiene aceptación en las encuestas? Porque durante su gobierno no se vio toda esta batahola de violencia y sensación de inseguridad. ¿Queremos otro dictador?

Es cierto que somos más los que queremos la democracia pero también es cierto, lamentablemente, que somos más los que no nos organizamos para protestar contra estos vándalos de la política. Y eso está mal, esto no puede seguir así.

No señor, la democracia no debe ser débil, no debe hacer sentir que no sirve. La democracia debe ser fuerte, oportuna y demostrar que existe y, lo que es más, que sirve. Caso contrario se impondrá nuevamente la ley de la violencia. Dentro del marco de la Ley imponga orden en el país, señor Presidente. Todos vamos a agradecérselo.

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