Por : Freddy Gálvez Delgado
Hay gente que basa su futuro en el estudio. Otros, en el comercio o la industria. Muchos más se dedican a trabajar.
Pero existe un sector poblacional que, viendo la facilidad con que ganan dinero quienes se dedican a la política, forman partidos.
Su misión es alcanzar el poder, una representación parlamentaria. O por lo menos, un cargo o algo por el estilo.
Recién entonces, su porvenir, el de sus hijos, nietos y parientes, estará asegurado. Al final, sus anhelos se ven reflejados en los actuales dirigentes de gobierno.
No hay otra explicación que otorgarle al reciente informe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales.
Según ese organismo, desde las últimas elecciones presidenciales, efectuadas en junio del 2006, a la fecha, ciento treintitrés agrupaciones han iniciado los trámites para convertirse en partidos políticos.
Un número exorbitante. Y conste que esa cantidad ha sido lograda en menos de dos años.
Si se sigue la misma progresión aritmética, cuando llegue la época de los comicios, que se celebrarán en el 2011, tendremos alrededor de trescientos grupos.
Entonces, se habrán batido todos los records existentes y pasaremos a llenar una página más en el famoso libro de Guinness.
La exagerada cifra de bandos que aspiran al gobierno del país es una muestra evidente de la ambición y la ignorancia política que nos envuelve.
Y, sobre todo, la apreciación que la ciudadanía tiene de nuestros representantes, muchos de los cuales afrontan actualmente investigaciones por acciones dolosas.
Un parlamentario recibe cinco mil dólares mensuales, además de otros beneficios y la esperada compensación por tiempo de servicios al final de su labor.
Gana mucho más de doce sueldos al año. Goza de vacaciones. Numerosas prerrogativas. Y si falta al trabajo no se le descuenta. ¿Para qué más…?
Esas son las razones, sin lugar a dudas, de la increíble cantidad de grupos que aspiran ser partidos políticos cuando aún faltan más de tres años para las elecciones.
Mientras las grandes naciones apenas llegan a los tres o cuatro partidos. Aquí, todos queremos "gobernar".
Es que en nuestro país, una manera fácil de vivir bien y hacer dinero trabajando muy poco, con honrosas excepciones, es dedicándose a la política. ¡Qué lástima…!